En el laberinto: Pequeñita

martes, junio 06, 2006

Pequeñita

4 comentarios:

hathor dijo...: Mi pequeño rincón de soledad empieza a ser ya un agujero hondo… y el silencio que hay en él me golpea con sus gritos.; 6/06/2006 9:36 p. m.
Anónimo dijo...: "el rincón donde nadie mira nunca"... yo también lo tengo, está por ahí cerca, a veces reconozco que me dá miedo y daría lo que fuera por que me cogiera de la mano el acompañante circustancial ese del que hablabas en un post anterior... te sientes pequeñita? es buena sensación eh!!!; 6/06/2006 11:43 p. m.
Aislyng dijo...: No sabes cuantas veces me he sentido asi... asi de pequeña...
Un saludo; 6/07/2006 12:35 a. m.
Pab dijo...: Hathor no dejes que el rincón se haga más grande que tú o te atrapará hasta el momento en que seas capaz tú misma de salir de él, y eso a veces cuesta mucho.
...En ocasiones, para romper el silencio, basta con nuestra propia voz...
Y si necesitas voces pídelas o si necesitas manos que cojan las tuyas hazlo igualmente ;)
Un besote y ánimo!

esdepp la verdad es que ese rincón mío "donde nadie mira nunca", ha sido a veces un rincón siniestro, donde me sentaba a llorar y a esperar. Desde hace unas semanas decidí limpiarlo de telerañas y abrirle las ventanas. Ahora acudo a él cuando busco una pizca de soledad o cuando vuelven la nostalgia y la melancolía.
Pequeñita me siento muy a menudo, y en esos momentos anhelo coger la mano del acompañante circunstancial o sentir su brazo por encima de mi hombro, para saber que aunque soy pequeñita, hay alguien más grande que me protege.
Besos :D

Aislyng mientras sentirnos pequeñas no sea motivo de tristeza no es malo, lo triste es sentirse pequeña, asustada, escondida en el rincón y con pocas ganas de alzar la voz a los que pasan por delante y no te ven.
Hoy me gustaría sentirme pequeña y decirlo en alto, para que alguien me brindase abrazos que me protejan, caricias que me envuelvan y besos que me hagan soñar.
Saludos ;)

Y por si aparece Ripley por aquí:

Ves! Sigo demasiado sensiblera, jo!; 6/07/2006 3:16 a. m.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío; alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina por quien el día y la noche son para mí lo que quiera, y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu como leños perdidos que el mar anega o levanta libremente, con la libertad del amor, la única libertad que me exalta, la única libertad por que muero. Tú justificas mi existencia: si no te conozco, no he vivido; si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.