Romeo y Julieta V
Julieta- ¡Válgame Dios! Ama mía, ¿qué haré? Mi esposo está en la tierra, mi fe en el cielo. ¿Y cómo ha de volver a la tierra mi fe si mi esposo no la envía desde el cielo? Aconséjame, consuélame. ¡Infeliz de mí! ¿Por qué el cielo ha de emplear todos sus recursos contra un ser tan débil como yo? ¿Qué me dices? ¿Ni una palabra que me consuele?
Ama- Sólo te diré una cosa. Romeo está desterrado, y puede apostarse doble contra sencillo a que no vuelve a verte, o vuelve ocultamente, en caso de volver. Lo mejor sería, pues, a mi juicio, que te casaras con el conde, que es mucho más gentil y discreto caballero que Romeo. Ni un águila tiene tan verdes y vivaces ojos como Paris. Este segundo esposo te conviene más que el primero. Y además, al primero puedes darlo por muerto. Para tí, como si lo estuviera.
Julieta- ¿Hablas con el alma?
Ama- Con el alma, o maldita sea yo.
Julieta- Así sea.
Ama- ¿Por qué?
Julieta- Por nada. Buen consuelo me has dado. Vete, di a mi madre que he salido. Voy a confesarme con fray Lorenzo, por el enojo que he dado a mi padre.
Ama- Obras con buen seso (Vase).
Julieta- ¡Infame vieja! ¡Aborto de los infiernos! ¿Cuál es mayor pecado en tí: querer hacerme perjura o mancillar con tu lengua al mismo a quien tantas veces pusiste por las nubes? Maldita sea yo si vuelvo a aconsejarme de tí. Sólo mi confesor me dará amparo y consuelo, o a lo menos fuerza para morir.
Nene
No hay comentarios:
Publicar un comentario