lunes, octubre 23, 2006

Bajo la lluvia

Y despertar dando vueltas a lo mismo que quedó en tu memoria unos segundos antes de dormirte profundamente, justo en el momento en que sonaban los últimos acordes de algún tema de Nacho Vegas que ahora no recuerdas. Aún con los ojos cerrados escuchas cómo cae la lluvia en la calle y te unes a ese llorar del cielo con una pequeña contribución. El día es gris, demasiado gris para alguien que se levantó de negro. Ya en la calle, oculta bajo el paraguas, notas cómo el agua empapa el bajo del pantalón, igual que las lágrimas mojan tu rostro. Stop crying your heart out y dejarse llevar. Una carta de alguien que echa de menos a otro alguien, como yo te echo de menos cada día. Tengo miedo y necesito que me abraces. Y ahora preguntadme, las respuestas se me agolpan. Hace tiempo me gustó el otoño con su melancolía, sus hojas muertas y andar bajo la lluvia dejando que las gotas mojen la cara, hoy reniego de mis palabras y me pido una estación de luz, de sol y días de jardín. No sé si es el momento ni el lugar adecuados, hoy solo sé que quiero que me dejes quererte.

5 comentarios:

Pab dijo...

No querer hacerse ninguna pregunta, no querer engañarse con ninguna respuesta. Que aparezca de pronto la palabra amor. Tener miedo. (...)No querer decir nada porque no importa, porque cualquier cosa que se diga está de más. Querer hablar aún sabiendo que no tiene sentido. Llorar, sentirse estúpido.

Leído en: http://empiezoaentender.blogspot.com/

the_old dijo...

El mismo amor, la misma lluvia.

Isthar dijo...

Cuando no duele, la melancolía del otoño tiene algo de magia, de tristeza impermeable.

Cuando la ausencia es demasiado real y la lluvia pasa a inundarnos por dentro de verdad, el corazón se rompe en pedacitos, y la sensación nos deja un vacio terrible en las entrañas.

Te dejo un abrazo enorme de esos que buscan reconfortar en tiempos grises.

Pab dijo...

The_Old, no hará mucho que vi la película... Me gustó el final, las historias de amor deberían acabar siempre bien en la ficción.

Isthar, melancolía otoñal para ver la lluvia tras los cristales mientras tienes alguien a tu lado. El volver la cabeza tras una tarde de lluvia y descubrir que nadie te espera es demasiado triste.
Quizá me tocaba el día tonto, hacía mucho que no me visitaba la desesperanza.

Gracias a ambos por la visita

Anónimo dijo...

Hay una forma de huir buscando el verano, cambiando de lugar para que a uno no le alcance el otoño que le pisa los talones, viajando al Caribe, la isla de Antigua, Fidji, e Indostán, por poner un caso... pero resultaría demasiado caro.

Al final, en lugar de optar por éste periplo romántico y fantástico -en el que yo emplearía gustoso parte de mi vida- la mayoría de la gente se conforma con el clima templado de las prosaicas, pero cómodísimas, islas Canarias.

Saludos.