martes, enero 23, 2007

"Todas las personas singulares están llenas de contradicciones"*


Es algo que suele suceder con los muertos: lamentar no haberles dicho a tiempo cuánto los amabas, lo necesarios que te eran.
Cuando alguien imprescindible se va de tu lado, vuelves los ojos a tu interior y no encuentras más que banalidad, porque los vivos, comparados con los muertos, resultamos insoportablemente banales.


La imposibilidad de poder replantearte el pasado y rectificarlo, es una de las limitaciones más crueles de la condición humana.
La vida sería más llevadera si dispusiéramos de una segunda oportunidad.


Ahora pienso que no tendré a nadie a mano cuando me asalte el miedo.


*Miguel Delibes.- Señora de rojo sobre fondo gris.



Acumuladora nata de papeles, recortes y chorradas varias,
hace unos días encontró un billete de metro, lo tomó entre sus dedos y miró la fecha y la hora...

Bajó las escaleras mecánicas a trompicones. Llegaba tarde. Una vez se sentó en uno de los bancos para recuperar el aliento, miró los minutos que faltaban para que llegase el tren que iba a coger. Aún debía esperar un rato, así que sacó el móvil mientras se llevaba un chicle a la boca. Estaba tan nerviosa que no acertaba a pulsar las teclas para enviar un mensaje:

Stoy n l mtro,voy a yegar tard.

Respiró hondo y decidió calmarse, de todos modos hasta que no llegase el tren no podía hacer nada.
Una vez en el vagón, se miró en la ventanilla para colocarse el pelo.

- Como si no me lo hubiese arreglado - dijo mientras intentaba que el flequillo quedase en su sitio.

Al salir a la calle, una llamada. Y de nuevo aquella voz, y mil flashes se reprodujeron en su mente. Al colgar, una sensación entre amarga y dulce pero, como la esperanza es algo que nunca hay que perder, decidió aferrarse a ella.

Andar deprisa, sortear a las decenas de personas que se amontonaban en las aceras, y al salir del tumulto, respirar.

- Ya llego - pensó acelerando el paso al acercarse al paso de cebra.

Al pasar por allí sentir presión en el pecho al verse de nuevo apoyada en aquella misma pared...

- Qué jodido que los sitios no desaparezcan del mismo modo que desaparecen los sentimientos.

Caminar sobre el vacío. A lo lejos, gente, y unos ojos, los únicos que vió entre todo el grupo de personas.
Bajo el mismo cielo de nuevo
(paren el tiempo que no quiero que sea la última vez)



- Parece mentira que un rectángulo de cartón con letras y números impresos, pueda despertar esos recuerdos que intentamos dejar descansar - se dijo.

Estaba dentro de una libreta donde le aguardaban más billetes de tren, metro, tickets, flyers... que cayeron en tropel sobre el suelo. Los recogió y los volvió a guardar.

- Circulen, no hay nada más que hacer por aquí.


***


¿Dónde leches van a parar todos los sueños, planes y promesas incumplidos?




Ay alhajita te vas, ¿dónde irás?¿dónde irás?
Lo que me has dejado ya ha echado raíces
Que el viento no ha de arrancar

Quique González.- Alhajita




Imagen: Pab (Tocada y... hundida. Pero con muebles)



7 comentarios:

Anónimo dijo...

Grrrrr.

Anónimo dijo...

Nunca mejor dicho, los sueños e ilusiones son como los olores, no van a parar a ningun sitio, en constante movimiento. Abrá días que los huelas con gran intensidad, otros con menos, pero siempre ahí.

Anónimo dijo...

Jean-Baptiste Grenouille, ha hablado,je,je,je.

Pab dijo...

Pues habrá que abrir la ventana los días de mucho viento, para no dejar que el aire se envicie con esos olores.

No fui capaz de terminarme El Perfume :S

Anónimo dijo...

No leí el libro. Vi la peli. Y me gusto.

Vicky dijo...

Los sentimientos son dueños de nosotros, tanto o más que las ilusiones o lo sueños,... van y vienen en un constante devenir...
besos wapa

Tharsis

Pab dijo...

"Sentimientos, ilusiones, sueños..." Qué palabras más bonitas :D

Besotes Tharsis y buenas fotos!!!