Días y días
Porque hay días en los que lo único que me apetece es mandarlo todo a tomar por el culo, dejar de lastrarme con problemas ajenos y empezar a mirarme el ombligo como hace el resto del mundo.
Porque hay días en los que me gustaría ser una egoísta de mierda, apagar el móvil, el ordenador y cualquier tipo de medio que me una a los demás, y dedicarme a perder el tiempo, mi tiempo, pensando únicamente en mí y en lo que debería hacer para ser cada día más feliz.
Porque hay días en los que cogería la maleta con cuatro cosas y me iría bien lejos de esta rutina de mierda que me gana, me aturde y me quita las ganas de todo.
Porque hay días en que me siento tan gilipollas que me miro al espejo y ni me reconozco, yo, que sabía poner cada cosa en su sitio, ahora no sé más que reliarme en la madeja de hilo con la que entré en este puñetero laberinto del que me gustaría salir cuanto antes.
Porque hay días en que las lágrimas me brotan de puta rabia que me inunda, me anega y me puede.
Porque hoy sólo me apetece borrarme con una goma y dejar vacio el hueco que ocupo en este pequeño mundo que se ha creado, he creado o sepa Dios qué y en el que no hago más que vagar como una imbécil.
El otro día encontré por ahí un par de frases de un tema sin disco de Quique que transmitía incluso rencor, no sé dónde leches estará, pero hoy lo izaría como mi bandera.
Siempre he sabido que no soy Job y que mi paciencia, al igual que la del resto de los mortales, encontrará un límite en algún momento.
Porque hay días en los que me gustaría ser una egoísta de mierda, apagar el móvil, el ordenador y cualquier tipo de medio que me una a los demás, y dedicarme a perder el tiempo, mi tiempo, pensando únicamente en mí y en lo que debería hacer para ser cada día más feliz.
Porque hay días en los que cogería la maleta con cuatro cosas y me iría bien lejos de esta rutina de mierda que me gana, me aturde y me quita las ganas de todo.
Porque hay días en que me siento tan gilipollas que me miro al espejo y ni me reconozco, yo, que sabía poner cada cosa en su sitio, ahora no sé más que reliarme en la madeja de hilo con la que entré en este puñetero laberinto del que me gustaría salir cuanto antes.
Porque hay días en que las lágrimas me brotan de puta rabia que me inunda, me anega y me puede.
Porque hoy sólo me apetece borrarme con una goma y dejar vacio el hueco que ocupo en este pequeño mundo que se ha creado, he creado o sepa Dios qué y en el que no hago más que vagar como una imbécil.
El otro día encontré por ahí un par de frases de un tema sin disco de Quique que transmitía incluso rencor, no sé dónde leches estará, pero hoy lo izaría como mi bandera.
Siempre he sabido que no soy Job y que mi paciencia, al igual que la del resto de los mortales, encontrará un límite en algún momento.
5 comentarios:
Por fin!!!
La paciencia da fruto!!... aunque, comparto su opinión, yo tambien mandaria a la mierda muchas cosas.
Pero ud tiene la libertad de hacerlo.. úsela a su favor
Cómo va todo, Sanevia?
:D
jodido n.n'
vamos pabla, que tu puedes. Incluso puedes mandarlo a tomar por culo todo. Solo tienes que querer.
PD: que bien! se acabo el apocalipsis de los comentarios en el laberinto!
Hola Gus!!!!!!!!!!!!!!!
Sí, ya he abierto de nuevo la veda del comentario ;-P
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